Renta gasífera de Bolivia se desploma 81% y el país se acerca a una crisis energética sin precedentes

La renta gasífera de Bolivia enfrenta un derrumbe histórico: en solo 11 años, los ingresos por exportación de gas cayeron de $us 6.038 millones a $us 1.120 millones, una reducción del 81%, según el Proyecto de Presupuesto General del Estado (PGE) 2026.
El diputado y economista José Luis Porcel advirtió que el sector está “al borde del colapso”, atribuyendo la crisis a la falta de políticas de exploración durante las gestiones del MAS, que dejaron al país sin nuevos yacimientos para reemplazar sus megacampos agotados.
Las cifras confirman el declive estructural: las reservas probadas de gas disminuyeron de 10,45 TCF en 2013 a 4,5 TCF en 2023, y la producción cayó a 29 MMmcd en 2024, uno de sus niveles más bajos en 15 años.
Este deterioro no solo reduce drásticamente los ingresos del Estado, sino que altera el rol de Bolivia en el mercado regional. En 2024 el país dejó de exportar gas a Argentina y YPFB pasó de ser un proveedor clave a un simple facilitador de gas entre Argentina y Brasil. Ese rol también podría desaparecer si ambos países concretan un nuevo gasoducto de $us 2.000 millones que eliminaría la dependencia del sistema boliviano.
Expertos advierten que, de mantenerse la tendencia, Bolivia podría verse obligada a importar gas natural entre 2028 y 2029 para abastecer su propio mercado interno, un vuelco histórico para una nación que durante décadas fue potencia energética regional.
